miércoles, 7 de diciembre de 2011

El cuy

Sus primeros padres
Conocieron y disfrutaron
De la libertad.

Corrían libres comiendo  flores
Y su casa era una  caverna
Recordando a Platón.

Un día despertaron encontrándose
En una prisión no podían correr
Ni disfrutar de su hogar calido.


Hierba les tiraban  como mandato divino
Y ellos enseñados a comer flores, tréboles,
Diente de león y repollos de bocadillos.

Su destino el brasero lleno de carbón
Como si fueran cerdos en miniatura
De igual forma son considerados.

Sus hijos no conocieron la libertad
Y pensaron que era natural la jaula
Igual a las aves  al nacer.







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