miércoles, 7 de diciembre de 2011

Desierto

No tiene ningún compañero
Y su rostro es el de un viejo
Con la piel seca por  el sol y el viento.

Despierto permanece contemplando
El crepúsculo nacer como el fruto de un árbol
O como el origen de un río, lentamente lo ve
Morir en la tarde.

En las noches cuenta las estrellas
Acostado con sus sabanas negras
Como prestadas por la misma noche.

Y el viento es correo electrónico,
Un libro abierto que le habla de
Latinoamérica de sus verdes senos
Y besos en forma de ríos que lo volverían
A la vida.

Le narra cuentos en los días
Más largos de niños y mujeres
Que ríen por tenerlo todo y no
Estar solos.

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